La importancia de expresarse bien
En este mundo marcado por la inmediatez y las nuevas tecnologías, se ha impuesto el uso de una lengua que responde ante todo al impulso de comunicarnos de la forma más rápida posible y a la economía de recursos. Pero muchas veces no reparamos en el hecho de que esa urgencia en expresarnos de la forma más 'económica' y 'útil' redunda en una comunicación que se llena de malas interpretaciones y superficialidad, por lo que no resulta para nada efectiva.
Precisamente, estamos hablando de la lengua española, que cuenta con una gran variedad de recursos con los que conseguimos una gran precisión a la hora de transmitir nuestros pensamientos. Pero si atendemos al uso que las nuevas generaciones de jóvenes hacen de la lengua, nos encontramos con el abuso de neologismos, barbarismos, coloquialismos, acortamientos de palabras... por no hablar de otra naturaleza de signos, como los emoticonos, en los dispositivos móviles. Si bien tenemos que admitir en que en el lenguaje informal, este tipo de comunicación puede ser válido, no ocurre lo mismo cuando pretendemos profundizar algo más en lo que queremos transmitir, en hacernos entender a la hora de argumentar, en situaciones formales, que también se dan en la vida cotidiana.
Nuestros jóvenes de hoy serán quienes construirán la sociedad de mañana , y por ello, hemos de instruirles para que usen la lengua no solo para mandar un mensaje por una red social o para charlar con los amigos, sino también para expresarse en otros contextos.
Y es que no hay que olvidar que el pensamiento está muy relacionado con el lenguaje. La forma con que hablamos refleja cómo tenemos estructuradas nuestras ideas. Y sería imperdonable que nuestros jóvenes crecieran sin hacerse entender, sin saber cómo defender una tesis con espíritu crítico.
La lengua española nos ofrece un instrumento incomparable. No es una lengua 'muerta', cambia para adaptarse a la sociedad. Si queremos comunicar con precisión, tenemos un caudal abundante de palabras, cada una con sus matices. Porque igual que nuestros pensamientos son complejos, tenemos que ser capaces de expresarlos usando la lengua con corrección. Solo así seremos capaces de profundizar en aquellos aspectos que más importancia tienen. Si nos quedamos atrapados en la lengua que usamos con las nuevas tecnologías y en las redes sociales, nos quedaremos simplemente en la superficialidad y seremos incapaces de ir más allá.
Por eso, y a pesar de la importancia de los dispositivos tecnológicos en la vida diaria, aprendamos a escribir bien y a hablar bien, como base para ser más libres en esta sociedad tan mediatizada, donde uno llega a pensar que algunos están más interesados en tener ciudadanos 'adormecidos' y 'entretenidos', que en seres críticos capaces de profundizar en todo aquello que verdaderamente vale la pena.
